Sinopsis
Cuando a la sociedad cordobesa, de la Docta capital, se le
“implanteó” la necesidad de mejorar su histórica entidad bancaria, quedó
impresionada ante las propuestas de los modernos y sugerentes desarrollistas locales.
A la inexperta e ingenua sociedad en realidad no le importaba
mucho, ya que cuenta con hermosos y originales edificios históricos de los
siglos XVII, XVIII, XIX y XX, pero al empezar las obras y ver algunos de los
materiales, surgió un interés para saber “Qué lo que é”, sorprendiéndose por
las particulares prácticas de los desarrollistas, arquitectos y otros
oportunos. Al tiempo que descubren los límites más oscuros de la especulación
inmobiliaria de la ciudad.
-Yo te haría la sucursal Catedral, pero mis gustos son algo…
peculiares. Dijo el desarrollista
-Ilumínanos entonces, Epec. Respondieron los habitantes
Y así fue como la sociedad cordobesa conoció lo que era un
verdadero lenguaje arquitectónico contemporáneo, y bajo la promesa de
refuncionalizar su Manzana Histórica, el desarrollista dijo:
- Tienes que firmar un contrato de sumisión al BMS (sistema de
gestión de edificios inteligentes y cosas así), ahorrarás energía con mi modelo
“steel house”, bueno, en este caso “Steel Bank”, tendrás una entrada masiva de
luz natural, tu espacio central será un sitio comunitario y simbólico. Nosotros
como tus amos, digo, como tus desarrollistas de confianza, nos comprometemos a
que tus espacios comunes de libre circulación sean aptos para el trabajo colaborativo
y te vuelvas lentamente sustentable.
A esa altura, los ciudadanos hervían en su propio sudor,
atados en un Bondage credilicio que jamás verán pagado y extasiados en la
sensual propuesta del plazo fijo.
Pero la sociedad veía que esta relación se volvía confusa. Les
gustaba, si, por lo moderno y extravagante de ver durlocks en lugar de paredes
firmes, de combinar las viejas columnas de fundición rosarina con premoldeados
de aluminio, grandes ventanales anulados con block out y una perfecta intrusión
de puentes perfectamente inútiles.
La relación no pudo más. Los servicios no cambiaron. La gente
dejó las colas y la cambió por una pantalla que te decía cuán importante eras,
según tu necesidad. Las esperas bajo el techo vidriado hicieron que el verano
recrudezca dentro del edificio. Una mole como todas las moles cordobesas,
caracterizadas por la frescura de sus galerías, se volvía dependiente del aire
acondicionado, que ya no es tan erótico. Los vidrios se vieron envueltos en un
polarizado sin salida. La luz natural se fue apagando, y así también se sumó un
excesivo sistema de iluminación artificial.
Pero como es de costumbre de ese fogoso, luminoso y
extremadamente “Quente” astro, más conocido como “Sol”, que no se deja
amedrentar por unas teorías Corbusieristas, su calor veraniego desalentó las
soluciones extranjeras descubriendo las más pudorosas zonceras de la
construcción moderna.
Los desarrollistas, ante este pequeño fracaso, acudieron al
manual de emergencia de extenso uso entre los profesionales del ramo, el más
conocido por BDSM (Bueno, Demos una Solución Modesta) y es así como terminaron
poniendo sobre la estructura de hierro, aluminio, vidrio, film polarizado y
pegamento de silicona, cual Pampita con bombacha de la Salada, una simple MEDIA
SOMBRA.
Se prevé en un futuro que llegue la segunda parte: “50 MEDIA
SOMBRAS MÁS OSCURAS”, donde a causa de las brisas serranas y las palomas que
hacen nidos y cagan, la media sombra sea reemplazada por chapas y telgopores.
Especial de Rincones Curiosos de Córdoba, Seba Zapata
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